March 29, 2024

CRÓNICA SOBRE LA MESA REDONDA DE ANÁLISIS DEL SECTOR Y SUS POLÍTICAS DE LAS INDUSTRIAS CULTURALES Y CREATIVAS Y LA DIVERSIDAD.

La cultura como derecho y su lugar en la planificación pública

Mesa redonda de análisis del sector y sus políticas públicas.

La III Jornada Karraskan de Innovación y Cultura dedicó una mesa redonda a analizar las políticas públicas culturales desde diferentes perspectivas, en el ámbito local, regional y de investigación académica. Para ello, contó con la participaron María Camino Barnecilla, jefa de Sección de Recursos y Desarrollo Estratégico del Gobierno de Navarra, José Rica, técnico de Promoción Económica del Ayuntamiento de Getxo, y Pau Rausell, coordinador de la Unidad de Investigación en Economía de la Cultura y Turismo Econcult de la Universidad de Valencia.

Un rol de facilitación

La primera en intervenir fue María Camino Barnecilla, quien explicó la transformación que desde hace dos años se está llevando a cabo en la Dirección General de Cultura del gobierno navarro. A partir del título de las jornadas, Barnecilla plateaba esta reflexión, “¿desde dónde tenemos que emerger las administraciones públicas?”. Para empezar, según la jefa de Recursos y Desarrollo Estratégico, desde la teoría cultural, evitando caer en modas relacionadas con el auge actual de las ICC. También, desde un rol de facilitación directa e indirecta que permita favorecer “no solo las Industrias Culturales y Creativas, también el conjunto de ecosistemas culturales que cada vez son más transversales e interdisciplinares”. La Dirección General de Cultura está actualmente en ese proceso de cambio, que integra una mirada social, cultural y económica del sector, “sin perder de vista que nuestra finalidad sigue siendo la de servicio público y bien común”. El enfoque se ha visto reforzado con la inclusión de las industrias culturales y creativas como eje estratégico a nivel de gobierno a partir de la Estrategia de Especialización Inteligente RIS3.

Barnecilla explicó algunos de los proyectos que tienen en marcha, como la creación de un mapa de creadores y equipamientos, la colaboración con el Observatorio Navarro de Empleo, la Formación Profesional y las Universidades para plantear nuevas oportunidades laborales relacionadas con la mediación cultural, o el impulso de la feria de las artes 948Merkatua, que se enfoca como lugar de encuentro abierto a todas las disciplinas y también a otros sectores económicos.

Desde el plano de las políticas indirectas, Barnecilla puso como ejemplo dos proyectos estratégicos que ya han generado un impacto en el territorio. Por un lado, la Ley Foral de Mecenazgo Cultural de 2014, que ha conseguido generar una corresponsabilidad entre el tejido social en relación al patrimonio cultural local, llegando a los 1’2 millones de euros en donaciones durante 2016. Otro de los ejemplos son los incentivos fiscales para el sector cinematográfico, que además de atraer rodajes y turismo, ha supuesto la creación del clúster audiovisual navarro.

Impulso desde lo local

En el ámbito municipal, José Rica compartió la Estrategia Getxo 2020, impulsada en el municipio a través del Departamento de Promoción Económica del Ayuntamiento. El plan contempla como uno de sus ejes prioritarios las industrias creativas y culturales, junto con el turismo cultural y el deporte, desde una perspectiva de impulso al emprendizaje y la innovación. “Nuestro reto consiste en ofrecer servicios a microempresas y personas emprendedoras, facilitando y promoviendo acciones de colaboración”. La estrategia se elaboró entre 2013 y 2015 y actualmente está en proceso de despliegue, con acciones dirigidas a la profesionalización del sector mediante formación, jornadas para intercambiar buenas prácticas y líneas de ayuda para personas emprendedoras.

El derecho a la cultura

La última de las intervenciones fue a cargo de Pau Rausell, coordinador de Econcult, la Unidad de Investigación en Economía de la Cultura y Turismo de la Universitat de València. Esta Unidad fue la primera a nivel estatal, sino europeo, en desarrollar metodologías de análisis económico de la cultura desde la perspectiva de la ciencia social, un enfoque que abarca mucho más que su impacto económico. “Qué significa política cultural y planificación cultural, a eso nos dedicamos”, explicaba, “y tras 20 años de travesía en el desierto, ahora estamos de moda, puesto que en casi todos los proyectos europeos están presentes las palabras creatividad, innovación y cultura”.

Para el coordinador de Ecocult, la planificación cultural debe tener como objetivo intrínseco “satisfacer los derechos culturales de la ciudadanía”, un enfoque que desde el equipo de investigación dividen en tres principios. El primero de ellos es el derecho a ser, entendido como la construcción de la identidad propia y colectiva, donde las políticas públicas deben ofrecer los recursos necesarios para construirla atendiendo a las diversidades. El segundo es el derecho a la participación, también en la definición de las propias políticas culturales. Por último, el derecho a sentir y comunicar con los demás a través de expresiones culturales. “Nos estamos dando cuenta que nuestra percepción del bienestar individual y colectivo cada vez tiene menos que ver con la dimensión económica, y más con la simbólica, con el placer, el compromiso y el significado, y ese es el campo de la cultura”, explicaba Rausell. Así, si el sistema económico es un medio para mejorar el bienestar, la cultura se convierte en la herramienta más eficaz para conseguirlo.

“Da la casualidad que la cultura sirve también para otras muchas cosas, algo así como un antibiótico de amplio espectro”. Tal y como explicaba el economista, existe evidencia en relación a la capacidad de la cultura para acelerar el desarrollo económico y la tasa de productividad en los territorios, recogida en más de un centenar de investigaciones a nivel europeo. También, para la creación de empleo, “que si bien no es de calidad, sí es percibido como tal, porque las condiciones laborales son malas en relación al nivel de preparación, pero quienes trabajan en este ámbito son más felices.

Rausell lanzaba también una reflexión en relación al binomio cultura y turismo, y el creciente uso de las industrias culturales y creativas como herramienta para generar flujos de visitantes. “Estamos utilizando la cultura para atraer turismo, haciendo uso de sectores creativos que generan un gran valor añadido para captar un sector con un nivel mucho más bajo de productividad, cuando debería ser al revés”.

Karraskan
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